Castelo de Silves


Comienzo 2020 andando y leyendo en el Algarve. Mis pasos me llevan al Castelo de Silves. Dentro de sus murallas y en la profundidad de su aljibe recuerdo la añoranza por la tierra natal que evoca Al Mutamid, rey poeta de Sevilla, en estos versos:

¡Hala, Abu Bakr!, saluda mis posadas de Silves. 

Pregúntales si añoran los días de amores como yo. 

Saluda al palacio de las Barandas de parte 

de un mozo siempre ansioso de estar ahí, 

guarida de leones y deliciosas doncellas. 

El recuerdo del rey poeta me traslada a las aguas del Guadalquivir rizadas por la brisa. Cuenta la leyenda que el rey improvisó un verso («El viento teje lorigas en las aguas») y que una lavandera llamada Rumaikiyya lo enamoró respondiéndole con otro («¡Qué coraza si se helaran!»). La poetisa que se convirtió en reina de Sevilla quizás es la destinataria de este hermoso poema de Al Mutamid:

¡Oh, mi elegida entre todos los seres humanos! 

¡Oh, estrella! ¡Oh, luna! 

¡Oh, rama cuando camina;

oh, gacela cuando mira! 

¡Oh, aliento del jardín, cuando 

lo agita la brisa de la aurora! 

¡Oh, dueña de una mirada lánguida, 

que me encadena! 

¿Cuándo me curaré? ¡Por ti daría la vista y el oído!

Tu frescor aliviaría 

la oscuridad de mi corazón. 

La noche de tu ausencia es larga.

¡Que nuestro abrazo de amor sea como el alba! 

Rey y reina poetas son los protagonistas del exemplo XXX de «El conde Lucanor»: 

«Et acaesçió que un día, estando en Córdova en el mes de febrero, cayó una nieve; et cuando Ramaiquía la vio, començó a llorar. Et preguntól’ el rey por qué llorava.

Et ella díxol’ que por que nunca la dexava estar en tierra que viesse nieve. Et el rey, por le fazer plazer, fizo poner almendrales por toda la xierra de Córdova; porque pues Córdova es tierra caliente et non nieva ý cada año, que en el febrero paresciessen los almendrales floridos, que semejan nieve, por le fazer perder el deseo de la nieve».

Los almendros en flor también traerán en febrero la nieve a las tierras del Algarve. Y desde su añorada posada de Silves la contemplarán Rumaikiyya y Al Mutamid.