David contra Goliat


IMG_0745            En este mes intenso y extenso en actividades deportivas oiremos y leeremos con mucha frecuencia ese invento de Brasil versus España, partido muy pronosticado, por cierto. Si somos aficionados al baloncesto nos traerá de cabeza la final Boston vs. Lakers. Lamentablemente su uso no se restringe a lo deportivo sino que se extiende a todos los ámbitos; ni tampoco es exclusivo de la República Dominicana: lo encontramos en todas las áreas hispánicas. ¿Dónde quedó nuestra añorada contra?

Dejando de lado las pasiones, las deportivas y las lingüísticas, analicemos el uso de esta palabra que ha viajado lo suyo. Estamos ante una preposición del latín que expresa, en esa lengua, la dirección del movimiento: versus orientem, ‘hacia oriente’ o versus insulam, ‘hacia la isla’. A mediados del siglo XX aproximadamente, una vez más por influjo anglicista, empieza a colarse en nuestro vocabulario cuando calcamos, innecesariamente, el uso que el inglés hace de ella como latinismo, originalmente muy utilizado en lenguaje jurídico.

¿Dónde quedaron nuestra expresiva preposición contra o la socorrida locución frente a? ¿Somos mejores hablantes o lo parecemos por recurrir a este anglicismo que les suena a muchos a intelectualidad? Desde luego que no. La confrontación entre dos contendientes (reales o figurados) debe expresarse con nuestros términos patrimoniales. Lo demás es esnobismo o, si lo prefieren, parejería. O si no, ¿qué opinarían de un cada vez más probable David versus Goliat o de Don Quijote versus los molinos de viento?