Tres días en Madrid. Ñapa


Tres días en Madrid. Tres días con las palabras. Ñapa de la segunda jornada. Cargada de buenas ideas y con ganas de seguir trabajando en proyectos comunes para el conocimiento y la divulgación del buen uso de la lengua española, después de un cafecito en el salón de pastas, la Casa de las palabras me reservaba una alegría más: conocer el fichero lexicográfico general de la Academia. Imaginen una colección de gaveteros, poblados de infinidad de pequeñas gavetas, en las que se custodian más de diez millones de papeletas. Ojo, no se trata de diez millones de esas papeletas que se están imaginando ustedes. Los lexicógrafos denominan papeleta a cada una de las fichas en las que registran, con las citas correspondientes, los usos de las palabras.

A los que ya manejamos bases de datos informatizadas se nos hace impensable la sola idea de manejar pequeñas gavetas atestadas de fichas cada una de las cuales documenta un uso, un ejemplo, una acepción, una cita literaria. Sin embargo, solo la visión de algunos de estos inmensos gaveteros sirve para dar una idea muy concreta de lo que supone enfrentarse a la elaboración de un diccionario, por pequeño y modesto que este sea. Sirve también para valorar y para honrar el trabajo de los lexicógrafos, artesanos del lenguaje, a cuyas obras recurrimos tan a menudo, o al menos deberíamos hacerlo, y de cuyo esfuerzo tan poco nos acordamos.

Para los que gusten de bucear en estos ficheros está disponible su consulta gratuita a través de la página del Nuevo diccionario histórico del español. Los vetustos gaveteros se conservan en la RAE; los nuevos lexicógrafos podemos aprovechar su contenido y seguir honrando el trabajo y la dedicación de las personas que los construyeron.

Tildes que pican y hacen roncha


Cuando nos enfrentamos a nuevas realidades debemos aprender a adaptar a ellas nuestro vocabularioDSC00385. Entre los signos ortográficos auxiliares del español se encuentra el guion, una pequeña línea horizontal situada a media altura sobre la línea de la escritura. Pero seguro que muchos se han parado a pensar alguna vez cómo se llama ese guion cuando se alarga ligeramente y, en lugar de ir colocado a media altura, se sitúa en la misma línea de escritura. Probablemente pocas veces habíamos tenido la oportunidad de toparnos con este signo hasta que los correos electrónicos se nos hicieron imprescindibles. Y no, no se llama rayita abajo. Su nombre correcto es guion bajo y tendremos que aprender a llamarlo por su nombre porque, de momento, parece haber venido para quedarse.

Seguro que ya a muchos les habrá llamado la atención, como sucedía en alguna otra de estas columnas, la falta de tilde en la palabra guion. Otra de las polémicas decisiones de la nueva ortografía que, sin embargo, no tiene más objetivo que mantener la unidad de la representación gráfica del español. Si tenemos en cuenta la ortografía, la combinación de una vocal abierta (a, e, o) con una vocal cerrada (i, u) se considera siempre un diptongo. Si lo pensamos bien, palabras como guion o truhan, que tienen estas combinaciones, son monosílabas y, como monosílabas, no se acentúan. Es por tanto un hecho convencional, que ya la Academia había establecido en su Ortografía de 1999. La diferencia es que ahora deben escribirse obligatoriamente sin tilde. Y, como sabemos, a veces la obligatoriedad pica y hace roncha.

 

Nuevas posibilidades, nuevas palabras


Muchos nos hemos incorporado a la marea de las redes sociales. Reconozco que resulta fácil caer en la tentacióCaptura de pantalla 2016-03-30 a las 12.17.17n de expresarnos y comunicarnos con inmediatez. Los que disfrutamos hablando y escribiendo estamos de enhorabuena aunque, a veces, nos encontramos con la dificultad de adaptar el lenguaje tecnológico, cambiante y efímero como las nuevas tecnologías, a un uso respetuoso con nuestra lengua materna.

Las palabras siguen su curso y las Academias proponen las formas más adecuadas. Hace unas semanas me sumé a los usuarios de Twitter. Es una forma sencilla y ligera de proponer consejos útiles pero nos exige aprender nuevas palabras y su ortografía. Si lo que hacemos es mandar un mensaje a través de Twitter, estaremos tuiteando. Del verbo inglés to tweet se forma el español tuitear, siguiendo el modelo de otros verbos castellanos que se han formado a partir de verbos ingleses, terminados en consonante, a los que se le añade el español –ear. Recuerden que, en su día, tuvimos que aprender también a usar los escáneres, a escanear, a enviar escaneos.

Los tuiteos nos mantienen informados o comunicados. Para compartir los que nos parecen interesantes podemos optar por retuitearlos. Sin lugar a dudas soy una tuitera novata y no puedo disimular que estoy fiebrando. También con todas las voces de nueva creación. Los que ya son expertos en estas lides sabrán perdonarme. Me gusta ir con los tiempos y estar al día con las palabras correctas es una forma hermosa de mantenernos actualizados.

Estar al día


Ortografía académica 2010

Ortografía académica 2010

Un lector preocupado por la ortografía me hizo llegar un artículo publicado a finales de 2014 en el que se calificaba a la República Dominicana como el país del “¡dele un chance!”. La sorpresa estaba en que en el mismo texto encontrábamos también la forma *¡déle un chance!”. Tiene una explicación sencilla.

Cuando en una lengua cambian las normas ortográficas siempre asistimos a un periodo de vacilación en el que los hablantes van conociendo las modificaciones y se adaptan a usarlas en sus escritos.

Las normas ortográficas académicas anteriores a 1999 establecían que las formas verbales que tenían tilde la mantenían cuando a ellas se unía un pronombre. Si la forma verbal (Dé un repaso a la nueva ortografía) se unía a un pronombre (*Déle un buen repaso) mantenía su tilde, aunque las normas generales no la exigieran en esta última forma (en este caso palabra llana terminada en vocal).

La Ortografía académica de 1999 ya estableció que la tilde solo debía mantenerse si la forma verbal resultante de la adición del pronombre enclítico cumplía las reglas generales de acentuación en español: Dele otro repaso a la ortografía; déselo siempre que tenga dudas. Una norma no tan nueva pero que muchos hablantes, al parecer, desconocen.

Este cambio normativo podría explicar la vacilación que nos ha señalado nuestro lector. Desde luego, pudo haberse resuelto con una consulta rápida a la Ortografía académica o al Diccionario panhispánico de dudas. Son herramientas accesibles que debemos tener a mano: consulten sus páginas, lean sus artículos; consúltenlas, léanlos.