
Entrada del DRAE
A petición de un lector dedicamos una “Eñe” anterior a la tilde diacrítica. El adjetivo diacrítico nos ayuda a entender cómo funcionan estos signos ortográficos. Cuando en medicina decimos que un síntoma es diacrítico, reconocemos que ese síntoma nos permite distinguir exactamente una enfermedad de otra. Algo similar sucede cuando le aplicamos este adjetivo a las tildes. Las tildes diacríticas nos avisan sobre el valor distintivo de una palabra monosílaba.
Un caso similar al de la semana pasada es el de aún/aun. Para ayudarnos a distinguirlos podemos utilizar el método de la sustitución por un sinónimo.
Cuando aun equivale a palabras como incluso, hasta, también, estamos ante un término átono que no lleva tilde diacrítica: Aun con esta aclaración sigo teniendo dudas.
Cuando aún puede sustituirse por el adverbio todavía estamos ante una palabra tónica que debe llevar tilde diacrítica: ¿Aún les plantea dudas su ortografía? No se preocupen aún no hemos terminado.
Dos casos particulares en los que nos encontramos errores con frecuencia son los de aun así y aun cuando. Aun así es un conector que nos ayuda a relacionar una parte de un texto con otra; significa ‘a pesar de eso, con todo, sin embargo’. Aun cuando es una locución conjuntiva sinónima de aunque. Ambas nos pueden ser útiles para estructurar nuestros textos escritos y en ambas aun se escribe sin tilde.
Aun cuando la teoría sobre el uso de esta tilde diacrítica es sencilla, siempre es práctico refrescar conocimientos. Esta columna puede colaborar en eso pero, aun así, debemos prestar mucha atención para evitar deslices.
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Los lectores de esta “Eñe” semanal ejercen como tales y nos proponen sus dudas. Esta vez ha sido la tilde diacrítica. Cierto es que las nuevas normas ortográficas académicas han suprimido algunas de las clásicas, pero la tijera no ha llegado a la que distingue más de mas.
La conjunción adversativa mas podemos considerarla como un sinónimo de pero. En nuestros tiempos ha quedado circunscrita al lenguaje escrito más formal y con un barniz de antaño. No debe llevar tilde por tratarse de un monosílabo átono.
Es esta condición de palabra átona, sin acento, lo que la diferencia en el habla del adverbio, el adjetivo, el pronombre y el sustantivo más, que, como monosílabo tónico, debe llevar tilde en la lengua escrita. No puede ser más sencillo (adverbio). Cada vez más hablantes se preocupan por la ortografía (adjetivo).
Más, sustantivo masculino con el significado de ‘signo de la suma’, también es tónico y, por lo tanto, lleva tilde diacrítica: Debes escribir el más para indicar que esa operación es una suma.
Ya habrán notado que los más/mas son chiquitos pero matones. Curiosamente existe un uso de más que distingue el español del área del Caribe, Andalucía y Canarias. En nuestra habla coloquial anteponemos el más; así Nunca más nos equivocaremos y Nadie más dejará de poner la tilde cuando sea necesaria se transforman en Más nunca nos equivocaremos y Más nadie dejará de poner la tilde diacrítica.
Hasta las palabras de apariencia más sencilla tienen su uso correcto. Si entendemos cómo funcionan y les prestamos más atención no tienen que darnos guerra nunca más, o más nunca.
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